El glaucoma agudo por cierre angular es una de las emergencias más graves en oftalmología
Se presenta en forma súbita con incremento exagerado de la presión intraocular que en poco tiempo puede conducir a la perdida visual irreversible de no recibir el paciente un tratamiento oportuno para el Glaucoma. Sin embargo, con el avance de la tecnología en medios diagnósticos y terapéuticos es posible identificar factores de riesgos anatómicos y evitarlo mediante un procedimiento llamado iridotomía con Yag láser.
El glaucoma representa la segunda causa de ceguera a nivel mundial
Se estima que aproximadamente existen 80 millones de personas afectadas por glaucoma. De los cuales el 70% corresponden a Glaucoma Primario de Angulo Abierto; 20% a Glaucoma Primario de Angulo Cerrado y 10% a Glaucomas Secundarios. El glaucoma de ángulo cerrado, si bien es menos frecuente que el de ángulo abierto, produce el 50% de la ceguera mundial por glaucoma.
Factores de riesgo para desarrollar Glaucoma:
Como factores de riesgos es importante señalar que la edad y la hipermetropía (defecto refractivo) juegan un rol relevante para el desarrollo del glaucoma de ángulo cerrado.
La hipermetropía está asociada con un tamaño de ojo pequeño, una cámara anterior poco profunda y ángulo de la cámara anterior estrecho.
En estos pacientes la prevalencia de glaucoma de ángulo cerrado es potencialmente mayor, especialmente cuando pasados los 50 años, el lente (Cristalino) aumenta progresivamente su tamaño y volumen estrechando aún más la cámara anterior.
El glaucoma agudo de ángulo cerrado se manifiesta de forma súbita cuando el canal de drenaje se ocluye por completo
Si el lente natural del ojo (cristalino) y el iris entran en aposición interfieren con el flujo del humor acuoso. Esto ocasiona que se acumule el acuoso en la cámara posterior lo que provoca un desplazamiento anterior del iris periférico estrechando o cerrando el ángulo de drenaje. Por lo tanto, la presión en el interior del ojo aumenta rápidamente a niveles excesivos.
Posible sintomatología de glaucoma agudo de ángulo cerrado:
Los pacientes que lo sufren pueden notar visión borrosa, halos alrededor de luces, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y dolor ocular severo. El ojo se encuentra muy congestivo. Si no se trata en poco tiempo puede perder la visión.
El reconocimiento de los factores de riesgos, de las características anatómicas predisponentes así como una detallada exploración clínica del ángulo de drenaje, la determinación de la presión intraocular y visualización del nervio óptico son las claves para establecer el diagnostico.
Estudios y procedimientos:
OCT (Tomografía de Coherencia Óptica):
Permite objetivamente valorar las estructuras de la cámara anterior, sus dimensiones y apertura del ángulo de drenaje.
Con esta tecnología podemos analizar la situación de cada paciente y hacer un seguimiento como varía el ángulo con la edad. En el caso de ojo hipermétrope, los cambios en la profundidad de la cámara anterior pueden monitorearse para predecir el riesgo de desarrollar glaucoma de cierre angular.
Todo paciente mayor de edad con hipermetropía que presenta un ángulo menor de 20 grados de apertura y/o una amplitud de la cámara anterior menor de 2.4 mm, debe realizarse la iridotomía incluso en ausencia de la enfermedad.
Es el procedimiento de elección, que se realiza cuando se presenta ángulo estrecho o glaucoma de ángulo cerrado.
El láser para iridotomía actúa como un haz de luz de alta energía para crear una comunicación entre la cámara anterior y posterior del ojo y así permitir el paso de humor acuoso hacia la malla trabecular, disminuyendo la presión intraocular o eliminando el riesgo de glaucoma de ángulo cerrado que puede llevar a la ceguera irreversible.